Busco un lugar en la tierra donde liberar  mis fantasías. Quisiera fuese un lugar especial, que no las aniquilara con el tiempo, que  respetara su historia y su  esencia “filística”. Un lugar con un poco de mística divina y algo de brisa terrenal.  que de vez en cuando   las acariciara  o las arrullara, al son de un  soneto irlandés.  Mis fantasías están acostumbradas a  las escalas  de grises, por lo tanto, la falta de  color no sería un inconveniente. Lo que no podría resistir es la ausencia de música, el silencio total.
      Hoy, el sol  se encuentra a mi espalda y  la sombra de mis ser se proyecta con delineado estático,  haciéndome dudar sobre la trayectoria de mis pasos futuros.  Si doy un giro y obligo al astro rey a darme la cara, quemará mis pupilas con su resplandor, mostrándole su  poder. Si me acoplo a su decisión,  mi más íntima esencia se volverá cosmos para huir de la imposición.  Por lo tanto, aunque pueda perderme, que no se pierdan mis fantasías, que no se desvanezcan en la tierra del nunca jamás. Mis fantasías  fueron construidas con tanta ilusión, con tanta esperanza, con tanto orgullo, que no sería justo para ellas  un final absoluto, ruin, mezquino.
       Por lo tanto, reitero mi necesidad o, para ser mas precisa, la necesidad de mis fantasías,  de buscar su propio espacio de existencia,  Mientras tanto, muy de vez en cuanto, me alimento de ellas, me aferro  a su magnificencia,  me regodeo en sus ínfulas de realeza y me reencuentro con mis sueños, que yacen, adormitados en la penumbra de la rutina, que no es mas que la rutina de la responsabilidad.
1 comentario:
Mi querida Filomena, te aseguro que ese lugar no se encuentra por los lados de La Urbina....
Saludos, mijita, y cuídate mucho.
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